Un Italiano en Nueva York: Alberto Burri
Del 9 de Octubre al 6 de Enero, Museo Guggenheim, NY.
El Museo Guggenheim de Nueva York inauguró el día 9 de Octubre una de las mayores retrospectivas que el artista italiano haya tenido en los EEUU.
Me fascinan las retrospectivas porque puedes observar un gran volumen de la obra del artista y aprender sobre la esencia del mismo. Es como si tuvieses la varita mágica de poder viajar a través del tiempo y recorrer la vida del artista a través de su obra.
Installation view of ‘Alberto Burri: The Trauma of Painting’ at the Solomon R. Guggenheim Museum (Photo: David Heald/Solomon R. Guggenheim Foundation)
Por otro lado, me atrae aprender de la vida de personas que se han reinventado a sí mismos. En el caso de Burri (1915-1995) hay muchas vidas en una. Fue un ávido jugador de fútbol, militante de el Umbrian, equipo de primera división en Italia, se licenció en medicina y trabajó para la armada italiana durante la segunda guerra mundial, lo que le llevó a ser prisionero de guerra, durante 18 meses, en una prisión en Texas. Allí empezó a pintar; en sus primeros trabajos pintaba lo que tenía alrededor, lo primero fue la perspectiva del desierto que podía ver desde la prisión.
Éste fue el punto de inflexión en su vida profesional porque, desde este momento, se dedicó exclusivamente a su carrera artística.
Ahora, en año 2015, 20 años después de su muerte, Alberto Burri recibe múltiples honores con varias exhibiciones en distintas partes del mundo.
El artista despertó el interés del mundo del arte hace más de 50 años por su uso no convencional de materiales y técnicas aunque nunca abandonara el soporte del cuadro. Trabajó sobre él con tela de saco, trozos de ropa, alquitrán, pegamentos, piedra pómez, hierro, plásticos..
Serie Sacchi/Sacks
Photo courtesy Guggenheim Museum
Alberto Burri siempre me atrajo de manera especial cuando, de la mano de mi primera mentora de la National Academy School of Fine Arts de Nueva York, descubrí su obra. La manera tan elegante y poética en la que trabajó sus composiciones, sin importar cómo atacaba a los materiales que empleaba, ya fuera con antorcha o tijeras: el resultado siempre ha sido esencialmente bello. Aunque al principio no hubo un consenso positivo acerca de su obra, después sí ha respondido a la estética más contemporánea, generando más atracción en el mundo del arte.
Su obra invita a "reach and touch", sus texturas y las capas de su trabajo te atraen a mirar de cerca para tratar de adivinar su proceso y, cuanto más de cerca lo observas, más eres capaz de ver.
Otro aspecto que me atrae mucho es su singularidad orgánica. Observando su trabajo, me viene a la mente un concepto japonés que inspira mi trabajo. Hablo del término "Wabi-Sabi", la cultura japonesa lo aplica a la ceremonia del té, en la estética y a la vida misma. En esencia aboga porque la belleza está en la imperfección, en lo no permanente, en lo incompleto. Es la belleza de las cosas modestas y humildes. Leonard Koren lo definió en su libro "Wabi-Sabi for artist, designers, poets & filosophers" como "La huella que el paso del tiempo deja en las cosas, la huella del sol, el viento, la lluvia, el calor y el frío en un lenguaje de decoloración, oxidación, manchas, heridas que marcan el testamento de sus historias". Alberto Burri, genera composiciones creadas con materiales no convencionales, imperfectos, humildes, los altera, los corta, los quema, los manipula como si el paso del tiempo hubiera dejado esa marca en ellos y consigue crear obras bellas estéticamente, en balance y armónicas.
Serie Muffe/Molds
Photo courtesy Guggenheim Museum
Con su proceso innovador, inauguró la tendencia del uso de materiales no convencionales y fue contemporáneo a ese grupo de artistas del momento que se empujaban a sí mismos para salir de su zona de confort para trabajar fuera de los perímetros del lienzo y la pintura, para introducir una manera nueva, no ortodoxa, de trabajar con distintos materiales y técnicas. Entre ellos destacan Lucio Fontana, Yves Klein y Robert Rauschenberg.
La obra de Alberto Burri tardó en tener el reconocimiento que merecía, no fue un artista al que le gustara hablar de su trabajo y, aunque podría enmarcarse en los movimientos Arte Povera, Neo-Dada o Procest Art, nunca se identificó con ninguno de los movimientos de la época. Quizás el hecho de que se mudara a los EEUU en los años 60 hizo que saliera del radar de Europa y, por otro lado, tampoco su trabajo encajaba en los movimientos artísticos que en ese momento se estaban produciendo en EEUU. Aun así, Burri vivió para disfrutar de su reputación como uno de las principales figuras en el arte de postguerra en Italia y es después de su muerte que su trabajo está adquiriendo valor en subastas y el reconocimiento a nivel mundial.
Auction sales of Alberto Burri's work, 1995–2015.
Source: artnet Analytics.
El trabajo de Burri podría encuadrarse en dos grupos: el primero incluye su obra de antes de los años 60, cuadros pintados y cubiertos con telas de saco, piezas de tela cosidas unas a otras, piedra pómez, láminas de madera quemadas o láminas de acero moldeadas por el fuego de la antorcha, capas sobre capas de plástico derretido por calor.
Serie Combustioni/Combustions
Photo courtesy Guggenheim Museum
Serie Ferri/Irons
Photo courtesy Guggenheim Museum
Serie Biachi/Whites
Photo courtesy Guggenheim Museum
Serie Gobbi/Hunchbacks
Photo courtesy Guggenheim Museum
Un segundo grupo, con la obra que crea una vez se muda a Los Angeles con su esposa. Ya en EEUU continúa con la serie en la que utiliza plásticos pero pronto su trabajo se mueve estéticamente hacia el minimalismo con las series "Cretti" y "Cellotex".
Serie Plastiche/Plastic
Photo courtesy Guggenheim Museum
En la serie "Cretti" provoca un craquelado bellísimo que recuerda al paisaje desértico. Para ello utiliza una mezcla hecha de arcilla china, resina, pigmento y cola que empieza a cuartearse cuando va secando.
Serie Cretti/Cracks
Photo courtesy Guggenheim Museum
En la serie "Cellotex" utiliza como soporte unos paneles de fibra donde crea composiciones monocromáticas en blanco o negro, en mate y/o brillo que se acercan al minimalismo.
Serie Cellotex/Fiberboard
Photo courtesy Guggenheim Museum
El momento sorpresa en la exhibición se lo llevo la colección de 16 pequeñas miniaturas que el artista creó y regaló por Navidad al que en ese momento era el Director del museo, James Johnson Sweeway. Burri puede trabajar realmente pequeño y a la vez crear maravillosas obras de gran tamaño.
Photo courtesy Guggenheim Museum
Fue una persona que creyó profundamente en sí mismo. Es impresionante la constancia y tenacidad del artista por explorar y experimentar con distintos materiales durante toda su carrera, muestra de ello la obras que podemos ver hasta el 6 de Enero en el Museo Guggenheim de Nueva York.
Si deseas saber más sobre el trabajo de Alberto Burri y la retrospectiva en el Museo Guggenheim de Nueva York te invito a visitar la web del museo.
An Italian man in New York: Alberto Burri
From October 9th to January 6th, Guggenheim Museum, NY.
The Guggenheim Museum in New York opened on October 9 the largest retrospective that the Italian artist has ever had in the US.
I love retrospectives because you can see a large volume of the artist's work and learn about the essence. It's like having a magic wand to travel through the time and learn the artist's life through his work.
On the other hand, it attracts me to learn from the lives of people who have reinvented themselves. Burri (1915-1995) has many lives in one. He was an avid soccer player who played for the Umbrian, a first division team in Italy. He graduated in medicine and worked for the Italian Navy during World War II, which led him to be a prisoner of war for 18 months in a prison camp in Texas, where he began to paint. In his early works he painted whatever he had about and the first thing was the view of the desert which he could see from the cell.
This was the turning point in his career because from now on he devoted himself exclusively to his artistic career.
Is this year 2015, 20 years after his death, the art world accolades Alberto Burri with this retrospective exhibition at the Guggenheim Museum and some other venues around the world.
The artist drew attention of the art world more than 50 years ago for his unconventional use of materials and techniques although never entirely abandoning the canvas, but reaching beyond painting's conventional limits. He worked on it with burlap, old clothing, tar, pumice, iron, plastic ..
Alberto Burri always attracted my attention when thanks to my first mentor at the National Academy School of Fine Arts in New York, I discovered his work. I love the very elegant and poetic way of his compositions. Regardless the way he attacks his materials, either blowtorch or scissors, the result has always been essentially beautiful.
His work invites to "reach and touch", its textures and layers incite you to look closely to try to guess the process and the more closely you look the more you see.
Another aspect that I like much is its organic uniqueness. Observing his work, It comes to my mind a Japanese concept that I learned not long time ago and that, since then, inspires my own work. I am talking about the term "Wabi-Sabi" that Japanese culture applies to the tea ceremony, in aesthetics and in life itself. Wabi-Sabi is a beauty of things imperfect, impermanent, and incomplete. It is a beauty of things modest and humble. It is a beauty of things unconventional. Leonard Koren define it in his book "Wabi-Sabi for Artists, Designers, Poets & philosophers" and "They record the sun, wind, rain, heat and cold in a language of dicoloration, rust, tarnish, stain, warping, shrinking, shriveling and cracking. Their nicks, chips, bruises, scars, dents and peeling....are a testament to their histories". Alberto Burri, in the way he works, creates compositions with unconventional, imperfect and humble materials, that he alters, cuts them, burns them, manipulates them getting expressions of time frozen creating aesthetically beautiful works in balance and harmony.
His art, so elegant and beautiful to modern eyes, was dramatically subversive in its day. However its innovative process that was before Arte Povera with its humble materials inaugurated the trend of using unconventional materials. He belonged to that group of artists of the moment that pushed themselves out of their comfort zone to work outside the perimeters of the canvas and painting, to introduce a new, unorthodox, way to work with different materials and technique, Lucio Fontana, Yves Klein and Robert Rauschenberg among others.
The work of Alberto Burri soon had the recognition they deserved at the time. He was a person who believed deeply in himself. It's amazing perseverance and tenacity allowed him to explore and experiment with different materials throughout his career. He was not an artist who liked to talk about his work and, although his work could be framed or related with the movement Arte Povera, Neo-Dada or Procest Art, he never identified with any of the movements at the time. Perhaps caused by the fact that he moved to the US in the 60s getting out of the scene in Europe and, in the other hand, his work didn't fit into the artistic movements that were happening in the US at the time. However Burri still lived to enjoy his reputation as one of the leading figures in postwar art in Italy and after his death his work is gaining value at art auctions and recognition worldwide.
Burri's work could be classified into two groups. The first includes those pieces produced before 1960, canvas painted covered with burlap, clothing sewn together, pumice, burnt wood sheets or iron sheets molded by blowtorch, layers over layers of melted plastic.
The second group is what he created once he moved to Los Angeles with his wife. Once in the US, he continued the series plastic but soon his work moves towards minimalism aesthetically with "Cretti" and "Cellotex" series.
In the "Cretti" series he brings a beautiful craquelure perhaps reminiscent of the desert landscape close to his house in LA. He uses a mixture made of china clay, resin, pigment and glues that begins to crack when it dries.
In the "Cellotex" series he uses fiberboards where he creates monochrome white or black, matte and / or glossy compositions approaching the minimalism.
The surprise at the retrospective for me was the collection of 16 small miniatures that the artist created as Christmas present for the, at that time, director of The Guggenheim Museum, James Johnson Sweeway. Burri can work really small while creating wonderful works in large scale.
To learn more about the work of Alberto Burri and his retrospective at the Guggenheim Museum in New York, visit the museum's website.
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